viernes, 4 de mayo de 2007

insomnio



Duras las obscuras sombras de la noche
Que en silencio claman de dolor y goce
En un cesto de recuerdos
Tras un recreado sueño al amanecer:

Ocaso de mi llanto duermo,
Insomnio del perdón despierto
Nervios pulverizados en las llagas de mis venas
Y en los vaivenes de mi ser

Mis brazos, en el elogio del desmayo
Conducen a la noche
En una mortaja de cafeína hierta
En el delirio de mis amorosas noches
De tertulia y saber

Vuelvo la cara al reloj
En el ejercicio del tic. tac
Diez para las seis
¡puta madre!
Estoy envuelto en la robusta sabana del alba

Concierto de mis males,
Que en la muchedumbre de ronquidos
Viertes el silente manto de mis versos
Frotados con el ungüento fresco del amanecer…
(¡pinche mesero, te dije descafeinado!)

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